Etiquetado de los alimentos

Lo primero que hay que tener en cuenta y que viene especificado en una etiqueta, es el tamaño de la porción o sobre que cantidad nos van a dar los datos. Generalmente se describen las etiquetas de los alimentos  sobre 100 gramos de alimento, ahí es donde debemos empezar a trabajar, porque no necesariamente nuestro producto va a ser de 100g, a veces nuestra ración será inferior y en otros casos superior.

Cuando hacen referencia porcentaje de valores diarios de nutrientes se suele tomar como base una dieta de unas 2000 calorías. Debemos tener en cuenta si esas son nuestras necesidades, las calorías a ingerir al día depende de nuestras características físicas (peso, altura),  nuestra actividad diaria, si realizamos deporte…

Lo más llamativo o lo que la mayoría de nosotros solemos mirar nada más fijarnos en una etiqueta nutricional son en las calorías (también suele constar en otra unidad de medida, los kilo julios). Esas calorías es la cantidad de energía que nos aportará ese alimento por ¿cada 100 gramos? No olvidar nunca sobre cuánto está descrita la tabla de información nutricional.

Ahora, ya entrando en harina, vamos a ver uno por uno los macronutrientres que suelen indicarse. Hidratos de carbono, en este caso suelen describirse el total y los correspondientes a azúcares simples. Si la mayor parte de los hidratos de carbono de ese alimento corresponden a azúcares simples debemos plantearnos la necesidad de consumir dicho alimento, desde la farmacia Isabel Molpeceres os recomendaríamos reducir su consumo e incluso no tomarlo.

Las grasas son un mundo muy amplio, pero siguiendo el sistema de los hidratos de carbono, se indican las grasas totales, monoinsaturadas, poliinsaturadas (no tan malas) y saturadas (debemos evitarlas). Si se menciona la presencia de grasas trans, debemos plantearnos reducir su consumo e incluso no tomarlo.

La fibra, en realidad forma parte de los hidratos de carbono, pero se suelen presentar por separado en el etiquetado. En este punto, a diferencia de los anteriores, se puede buscar que sea lo más elevado posible, generalmente la presencia de fibra en los alimentos suele ser muy inferior a las recomendadas. La fibra tiene funciones muy importantes en el organismo. Sería interesante que se describiera la fibra soluble y la insoluble por separado.

Las proteínas, es otro epígrafe en las etiquetas nutricionales, son un grupo muy amplio y no homogéneo, sería importante saber los aminoácidos, y en qué cantidad, que conforman esas proteínas. De manera general y si entrar en particularidades, puedes seguir una sencilla regla: consumir tu peso en kilogramos en gramos de proteínas.

La sal en los alimentos puede ser un dato algo confuso, ya que en algunos casos se expresa como sal, en otros como sodio y en no se suele conocer a cuanta sal corresponde el sodio que se refleja en la etiqueta. La OMS recomienda reducir el consumo de sodio en los adultos a menos de 2 g/día (5 g/día de sal).

Los ingredientes suelen venir descritos por orden de cantidad en el alimento, lo cual es importante para saber cuando algo es realmente rico o no en el ingrediente que nos están “vendiendo”. Recordar también que aquellos susceptibles de provocar alergias y/o intolerancias tienen que estar representados en negrita.

 

 

 

http://www.who.int/elena/titles/sodium_cvd_adults/es/

“Nutrición práctica para tu día a día”. Álvaro Vargas. 2016.

“Codex Alimentarius. Etiquetado de los alimentos”. FAO. 2007 Quinta edición.

Diabetes, causas y tratamiento

Hoy es el día mundial de la diabetes y desde nuestra farmacia queremos concienciar de la importancia de su prevención. A diario vemos casos que empeoran debido a malos hábitos, por eso es muy importante saber qué es, cómo prevenirla y tratarla.

Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de niveles altos de glucosa en sangre. Si en ayunas tienes valores superiores a 100 mg/dl, habría que empezar a controlar la glucemia porque podría derivar en diabetes. Todo esto es consecuencia de trastornos en el metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y proteínas y/o defectos en la secreción de insulina.

Existen dos tipos de Diabetes Mellitus (DM)

  • DM tipo 1: su factor etiológico principal es la predisposición genética y se caracteriza por la insulinodependencia. Suele desarrollarse antes de los 30 años en pacientes que no tienen un problema metabólico u obesidad. Debuta con la sintomatología de las 4P:
    • Poliuria: necesidad de orinar frecuentemente
    • Polidipsia: sed constante
    • Polifagia: apetito constante
    • Pérdida de peso
  • DM tipo 2: es la diabetes más frecuente y no insulinodependiente. Sus factores etiológicos pueden ser varios además de la genética, como el estilo de vida, malos hábitos alimenticios o el estrés. La mayoría de pacientes son obesos y este estado es el que causa insulinorresistencia, por eso es fundamental mantener un peso adecuado y así evitar la resistencia a la insulina.

A parte de las medidas farmacológicas para tratar la diabetes:

  • Dieta: sana y equilibrada, con un control estricto sobre el azúcar para mantener los niveles normales de glucosa y lípidos sanguíneos. No hay que tener miedo a las frutas, aunque cada caso habría que observarlo individualmente.
  • Ejercicio: hacer deporte ayuda a disminuir la glucemia ya que las células musculares consumen glucosa. Además, disminuye la resistencia a la insulina y ayuda a mantener un peso adecuado
  • Fitoterapia: existen plantas hipoglucemiantes como goma guar, algarrobo, canelas, vainas de judías…

¿Molestias en la zona íntima?

Algunas veces acudís a nosotras porque tenéis molestias, picores… en la zona vaginal en un momento puntual, porque esas molestias son siempre después del periodo, o tras hablar con muchas de vosotras estáis o habéis terminado un tratamiento antibiótico. Estas molestias se deben a una alteración de la microbiota vaginal. Ya hablamos hace unos días de las bacterias beneficiosas para nosotros. En este caso la microbiota vaginal son los microorganismos que viven de manera natural y sin causar daño en la región vaginal, la conforman bacterias del género Lactobacillus. Pero estas bacterias son tan buenas, tan buenas, que no se defienden cuando otros microorganismos invaden su sitio.

Las condiciones “ambientales” son lo que defienden al Lactobacillus, su presencia mantiene un pH óptimo (pH ácido que no hace posible el crecimiento de microorganismos indeseables) en el entorno de la vagina por lo que un cambio de pH,  un tratamiento antibiótico, situación de bajada de defensas, o estrés puede hacer que disminuya la cantidad de Lactobacillus (y/o que una microorganismo “no rematado” en un tratamiento anterior coja fuerzas) y que otros microorganismos crezcan en su lugar (candidiasis, clamidiasis, vaginosis bacteriana…).

Junto con el tratamiento médico correspondiente en cada situación, o como prevención de cara al uso de determinados medicamentos os recomendamos que tengáis en cuenta los PROBIÓTICOS VAGINALES, para recuperar la microbiota vaginal y reducir el picor /molestias. Los probióticos, en este caso que nos ocupa, nos van a aportar distintas cepas (familias) de Lactobacillus. Estos probióticos pueden ser en forma de comprimidos/óvulos vaginales o en forma de tampón con probióticos.

 

            Los tampones con probióticos, además de su conocida función durante la menstruación nos van a aportar esos bichillos tan beneficiosos para nuestra salud vaginal. Existen de diferente capacidad según nuestro flujo, debe permanecer colocado mínimo 90 minutos para garantizar la colonización de los Lactobacillus. Os aconsejamos que utilicéis 3 tampones-probiótico al día, durante 3 días en 3 menstruaciones seguidas.

            Los comprimidos, cápsulas vaginales probióticos se utiliza introduciendo uno al día, preferiblemente al acostarse, durante unos 10 días.

 

¿Qué es la resistencia a los antibióticos?

 

Los antibióticos son los medicamentos que tenemos para combatir las enfermedades causadas por bacterias (ojo, muy importante, decimos bacterias).

Hay que distinguir entre bacterias y virus, esos “organismos pequeñitos” hacen de las suyas pero no son lo mismo. Para eso tenemos antibióticos para las bacterias y antivirales para los virus.

  

En este caso nos referimos a las bacterias, y como todos, cuando las atacamos, se defienden y “aprenden” a sortear los ataques, porque su objetivo en la vida es sobrevivir lógicamente. Cuando una bacteria está en contacto con el antibiótico, aprende de ese “ataque” y trata de sortearlo de diferentes formas, camuflándose al más puro estilo Mortadelo disfrazando las características que le hacen ser reconocido por el antibiótico, modificando su exterior para impedir que el antibiótico acceda a su interior como si de un escudo se tratara o produciendo sustancias que inutilicen al antibiótico. Las bacterias, que son muy listas, utilizan uno de estos mecanismos o todos si pueden…

No debemos utilizar antibióticos cuando no hay infección por bacterias porque sin querer por un lado podemos arrasar con bacterias beneficiosas que habitan en nosotros y nos ayudan y protegen (ya hablaremos en otro momento de cómo evitarlo) y por otro lado podemos tener alguna bacteria que no nos provoca enfermedad porque nuestro sistema inmune la mantiene a raya, pero puede ir aprendiendo y perdemos el factor sorpresa el día que estemos enfermos y nos haga falta el antibiótico porque… esa bacteria habrá creado resistencias.

Ahora, recordar que cuando el médico nos prescribe un tratamiento con antibióticos, hay que tomárselo de principio a fin aunque te encuentres mejor al segundo día, tenemos que atacar y terminar con esas bacterias, si lo hacemos a medias, puede volver a repuntar la enfermedad y  ya conocerán nuestras armas.

Cómo combatir el acné: consejos y tratamiento

El acné es una enfermedad de la piel en la que se produce una inflamación de las glándulas sebáceas con la aparición de granitos, espinillas, puntos negros o comedones sobre todo en la cara, cuello y espalda.  Es muy común en la adolescencia, aunque también puede ocurrir en la edad adulta por diferentes procesos hormonales, medicamentos o cosméticos, ocasionando preocupación por el aspecto físico e incluso afectando a nivel psicológico y de autoestima.

Dependiendo del proceso, el tratamiento puede variar pero en cualquier caso es imprescindible seguir una serie de pasos:

  1. Limpieza adecuada de la piel, por la mañana y por la noche. Es muy importante utilizar productos específicos para este tipo de problema ya que están especialmente formulados para reducir el sebo y evitar la aparición de granos.
  2. Exfoliar la piel una vez semana, para limpiar el poro en profundidad y no obstruirlo, eliminando el exceso de sebo que además ayuda al control de brillos.
  3. Aplicar el tratamiento adecuado: siempre no comedogénicos, es decir, que no favorezcan la aparición de comedones o espinillas, ya que así no se obstruyen los poros de la piel.
  4. Utilizar protección solar incluso en invierno, para evitar la aparición de manchas producidas por las marcas que dejan los granos.

 

Tratamientos para la higiene facial acneica:

Agua micelar de SVR: pack de 2 envases de 400ml por 15 €. Sirve para limpiar y desmaquillar –incluso maquillajes resistentes al agua-, tanto rostro como ojos.

Gel limpiador purificante matificante de B+: tiene elevado contenido en isoflavonas que regulan la secreción sebácea, sulfato de cinc con potente acción astringente, calmante y protectora, además de seborreguladora. Se utilizaría como paso 1 de limpieza.

Be + loción tonificante bifásica: con agua termal rica en oligoelementos minerales, que realizan una acción antioxidante, antibacteriana y purificante. Se utilizaría como paso 2 de limpieza.

Be + agua micelar: también sirve para limpiar y desmaquillar, matificando regulando e hidratando la piel sin necesidad de aclarado. Como la loción bifásica, está también compuesta por oligoelementos minerales.

 

Se pueden utilizar también esponjas fabricadas con la raíz de la planta Konjac, ya que limpian profundamente respetando el PH de la piel, estimulando el flujo sanguíneo y potenciando la penetración de los tratamientos.

Tratamientos para la piel grasa con tendencia acenica:

Be + emulsión reguladora matificante: hidratante ultraligera oil-free, que matifica calma y regula, reduciendo la secreción sebácea. Se puede usar por la mañana y por la noche después de limpiar la piel.

Be + emulsión queratolítica antiimperfecciones: especialmente para personas con lesiones, espinillas o marcas en la piel derivadas del acné. Actúa proporcionando una piel más lisa, reduciendo la secreción de sebo y la aparición de granitos. En su formulación lleva ácido salicílico utilizado como efecto queratolítico y antimicrobiano, que al estar encapsulado minimiza el riesgo de irritaciones. También lleva una enzima que favorece la renovación celular dejando la piel suave e uniforme, junto con otros compuestos como pantenol o bisbolol que ayudan a esa acción suavizante y calmante.

Be + emulsión hidratante coadyuvante: especialmente para pieles con tratamientos orales como antibióticos o isotretinoínas que dejan la piel agredida y deshidratada. Calma, hidrata y reduce rojeces gracias al ácido hialurónico que tiene un efecto “rellenador” y por ello las imperfecciones se verán atenuadas. Su compuesto en grosella negra fortalece la barrera cutánea favoreciendo un efecto atiirritaciones.

Be + BB cream reguladora matificante con spf20: como aporta color, cubre y disimula los granitos e imperfecciones, matificando, hidratando y alisando la piel. Su efecto es igual que la emulsión reguladora ya que reduce la secreción sebácea evitando la aparición de nuevos granos. A mayores tiene un efecto emoliente y antioxidante que protege la piel de agentes externos sin olvidarnos que lleva factor 20 de protección solar.

Además ahora con tu tratamiento facial antiacné, tienes un descuento del 40% en el gel limpiador purificante.

 

Exfoliación de la piel (1 vez a la semana):

Polvos exfoliantes de Be+: tienen partículas de guaraná y rosa especiales para alisar el relieve cutáneo. Para una mayor limpieza se pueden incluir en cualquier producto de higiene, aplicar con un ligero masaje con la yema de los dedos y después aclarar.

Be + gel exfoliante suave doble acción: permite una profunda limpieza de la piel. Tiene micropartículas que eliminan células muertas y alisan el relieve de la piel. Gracias a su exfoliante enzimático, también favorece la renovación celular. Se aplica un poquito sobre la cara y cuello previamente humedecidos, evitando el contorno de los ojos, se masajea con la yema de los dedos y se aclara.